Hace ya bastante tiempo (30 años), un psicólogo de nombre Martín Seligman decidió estudiar las experiencias positivas de las personas, los rasgos individuales positivos los cuales permitían adoptar una perspectiva más positiva del ser humano. Hablar de Martín Seligman es hablar de una nueva era en la psicología, ya que antes de él gran parte de las investigaciones psicológicas se habían centrado en abordar las enfermedades mentales y sus tratamientos.
Marín Seligman lanzó una psicología optimismo, una psicología positiva y comenzó diversos estudios científicos de emociones como la gratitud, el optimismo, el perdón, la felicidad, la compasión, el altruismo, etc. Y todas sus investigaciones concluían que cultivando cada una de las emociones los problemas emocionales iban desapareciendo….
Y todas esas emociones potentes para sanar nuestra alma, la más importante fue la gratitud. Robert Emmons investigo sobre ella y señalo que la gratitud tiene un poder, ¿Poder para qué? Poder para curar, energetizar, y cambiar vidas. De hecho, en sus investigaciones la gente reportaba el gran poder curativo de la gratitud ya que las ayudaba a sanar heridas del pasado y a la vez les daba esperanza e inspiración.
La gratitud les ayudaba porque les cambiaba el enfoque de la mente, haciéndola más resiliente y así la mente dejaba de centrarse en lo que carecía o necesitaba y se pensaba a fijar más en lo que si tenía.
Para Emmons, la gratitud es Primero, una afirmación de bondad, afirmamos que hay buenas cosas en la vida, beneficios, regalos, inspiración, etc. Que hacen que la vida sea buena, con esto no quería decir que la vida era perfecta o que no haya quejas, cargas o varios problemas al momento de vivir. Pero con todo eso y viendo nuestra vida en su totalidad y con detalle podríamos encontrar varias cosas buenas o una cantidad de bondades. Lo Segundo, es que te des cuenta de donde vienen esas bondades que te proveyeron de ese beneficio, y mientras lo análisis te das cuenta que fuiste tu mismo el que se las dio, el que hizo algo por sí, y así tu felicidad y gratitud no depende de afuera sino nace de tu mundo interior.
Ahora, hay una distinción entre sentirse agradecido por un instante (Cómo cuando alguien te da un obsequio o te enteraste de algo muy bueno) Y decir que eres una persona agradecida. Que habitualmente mira la vida, parado en agradecimiento o a través de los lentes del agradecimiento. Y por eso es tan importante entrenar esa emoción hasta permanecer en el más profundo agradecimiento por la vida.
Así es que la gratitud tiene su complejidad, tiene su profundidad y no es tan simple como decir “Gracias” sino que tiene varios matices y complejidades. Por eso es importante entrenarnos para ser agradecidos y así sanar aquello que tanto nos arrastra.
¿Cómo trabajar la gratitud?
La forma más conocida es trabajando un diario de gratitud (Te dejo un descargable: https://static.wixstatic.com/ugd/504bc6_2f3c6375c2bb43d5b183c0085f0e6b5d.pdf para que todos los días en la mañana y en la noche entrenes tu gratitud y así vayas creando una nueva actitud hacia la vida, hazlo en un tiempo de 40 días y date cuenta que la gratitud te puede sanar heridas que nadie lo podrá hacer.) Donde se escribe las experiencias diarias por las que te sientes agradecido. La idea es escribir sobre al menos 3 experiencias positivas en el día y así tu cerebro se vaya transformando con el paso del tiempo.
Un abrazo y a practicar la gratitud.
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